piña
Papel de piña
Ananas comosus
deriva de la palabra guaraní nana que significa perfume de los perfumes. Su parecido con los conos de las coníferas hizo que los españoles la llamaran piña.
La piña es una fruta riquísima. Podemos aprovechar su corona para plantarla y esperar a que salgan deliciosas nuevas piñas ¡o hacer papel!
La cerámica Mochica (ss. II-V) da testimonio de su cultivo en el antiguo Perú. No obstante, el debate sobre si es originaria de África o América continua vivo. Pero lo que sí parece cierto es que desde América viajó a Filipinas en el Galeón de Manila con el que la España del s. XVI enlazó los puertos de Acapulco y Manila.
En Filipinas se descubrió que hilando las fibras de sus hojas se conseguía un textil de extremada delicadeza al que llamaron «nipe»; y «sinamay» o «palenque» según que la mezclaran con seda o algodón.
La fibra de piña se convirtió en la estrella de los tejidos filipinos, gozando de la admiración mundial. Hoy, los diseñadores de moda y accesorios vuelven sus ojos hacia ella en la búsqueda de materiales naturales para una moda más ecológica y sostenible.
Dentro de este estrecho vínculo que se establece entre el textil y el papel también participa la fibra de piña, proporcionándonos un recurso extraordinario para la elaboración de un papel amigable con el medioambiente y la ecosostenibilidad papelera, y con un carácter muy especial.